Cuando las personas comienzan a hablar de temas relacionados con la energía, se confunden bastante rápido. Las percepciones de los individuos sobre cómo se ve y se siente la energía pueden ser completamente diferentes. Los empáticos entienden que la energía va más allá del ámbito físico, pero el humano promedio podría pensar en la energía como el sistema eléctrico de una casa.
Ambas percepciones son ciertas, pero también tienen implicaciones muy diferentes. Si se fija en la energía de una bombilla o en la que hace que su teléfono inteligente se ilumine, probablemente no sentiría la necesidad de limpiarla porque dan una percepción de neutralidad. La energía que alimenta sus electrodomésticos y dispositivos no es buena ni mala, pero cuando se comienza a hablar sobre las personas y sus intenciones o motivos, es común etiquetar la energía de maneras en las que pueda polarizarse. Las limpiezas energéticas con Alicia Collado son reconocidas mundialmente por su eficacia. Después de realizarse una de ellas, los clientes encuentran la paz y la tranquilidad en sus mentes y en sus corazones.
La energía
Cuando se mira a través del punto de vista del yoga, es fácil notar que la energía presente en el cuerpo es la misma energía que hay en una bombilla; solo que en una forma diferente. La energía de la bombilla es creada por la fuerza electromotriz que empuja a los electrones en una corriente, y es la base de toda la conductividad eléctrica. Los electrones están dentro de cada uno de los elementos de la tabla periódica, los cuales aparecen en nuestra comida, agua y aire. La electricidad que usamos para alimentar nuestros dispositivos es el ejemplo más claro y básico de transferencia de energía. El cuerpo humano es mucho más complejo que el cableado eléctrico en un edificio, pero es esencialmente el mismo concepto.
Comemos, bebemos, dormimos y eliminamos energía, y a través de esos procesos, la energía que se descompone en el sistema digestivo se convierte en otro tipo de energía. Todo el cuerpo es una planta de energía súper sofisticada que quema, convierte, almacena y transfiere energía constantemente.
Toda la “tecnología” oculta dentro del cuerpo humano crea la energía que nos ayuda a movernos, interactuar, pensar y crear cosas en el mundo físico. Se puede llamar “Ser” a la experiencia de vida que se tiene y del mismo modo, se puede considerar como un vehículo para el autodesarrollo. Un subproducto del “Ser” es la energía psíquica.
La energía física produce la capacidad de pensar, que activa los recuerdos emocionales, sentimientos e intelectos latentes en las personas, y estos patrones de pensamiento metafísicos son la energía psíquica que nos impulsa inconscientemente a desempeñar patrones habituales.
Esta energía psíquica es muy poderosa y puede influir en la toma de decisiones. Asimismo, puede proyectarse a otros y causar enfermedades en el cuerpo. Muchos especialistas dicen que la energía fluye donde va la atención, y tienen razón. Si pensamos en la negatividad y en las cosas que percibimos como malas, esos pensamientos nos influirán. En cambio, si se piensa en cosas que percibimos como buenas, esos pensamientos también influirán, pero de manera positiva.
¿Por qué la energía es importante?
Cada persona puede sentir la energía otro individuo. La energía se emite como feromonas y, la mayoría de las veces, una persona no es consciente de la energía que envía al universo. Por ejemplo, las personas que tienen patrones de conducta muy arraigados tienden a “invitar” el mismo tipo de patrones a sus vidas. Esto es simplemente una manifestación de la energía que emiten.
Por otro lado, para la mayoría de los individuos esto es relativamente benigno. La vida es como una montaña rusa de altibajos que eventualmente se equilibran.
El campo de energía psíquica forma el aura de cada persona. Algunos pueden ver auras y otras pueden sentirlas, pero todos, independientemente de la conciencia, las perciben a través de receptores propioceptivos en los hombros y las caderas. Puede que no seamos conscientes de lo que estamos captando, pero cuando estamos cerca de alguien con un aura particularmente brillante, tendemos a ser más abiertos y atractivos. Cuando estamos cerca de alguien que tiene un aura tenue, tendemos a ser más cautelosos. Cuando estamos cerca de alguien que tiene un aura reservada o retraída, las cosas suelen ser más incómodas.
Dependiendo de su personalidad, puede ser vulnerable a la energía de otras personas, e incluso puede llevarse algo de ellas. Las personas que internalizan y toman los problemas de otras personas como propios, a menudo absorben la energía a la que han estado expuestos. Esto puede ser peligroso si la persona no se da cuenta y no toma medidas para limpiar su energía. Por ello, es una buena idea estar atento y contactar a un psíquico.